Había una vez dos hermanas
que no temían a la oscuridad
porque la oscuridad estaba llena de la voz de la otra
al otro lado de la habitación,
porque incluso cuando la noche era oscura
y sin estrellas
caminaban juntas de vuelta a casa desde el río
viendo quién aguantaba más tiempo
sin encender la linterna,
sin temor
porque a veces en la oscuridad de la noche
se tumbaban boca arriba
en medio del camino
y miraban hacia arriba hasta que volvían las estrellas
y cuando lo hacían,
levantaban los brazos para tocarlas
y las tocaban.
(Encontrado en un sobre atrapado bajo la rueda de un coche en la calle principal) Jandy Nelson.
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